Ton 618 es uno de los agujeros negros supermasivos más colosales conocidos hasta la fecha, y se encuentra en el corazón de un cuásar ubicado a unos 10.4 mil millones de años luz de la Tierra, en la constelación de Canes Venatici.
Un cuásar es una región extremadamente brillante alrededor de un agujero negro, donde el material, al caer en el agujero negro, se calienta y emite enormes cantidades de radiación. Ton 618 destaca no solo por su distancia, sino por su tamaño y masa impresionantes, lo que ha capturado la atención de astrónomos y físicos
El agujero negro de Ton 618 tiene una masa aproximada de 66 mil millones de veces la masa del Sol. Para poner esto en perspectiva, el agujero negro en el centro de nuestra Vía Láctea, Sagitario A*, tiene una masa de alrededor de 4 millones de masas solares, lo que convierte a Ton 618 en una bestia cósmica verdaderamente descomunal. Este tamaño excepcionalmente grande plantea preguntas fascinantes para los científicos, ya que parece desafiar algunos de los modelos actuales de formación y crecimiento de agujeros negros. En general, se acepta que los agujeros negros supermasivos crecen al alimentarse de materia, y el proceso puede tomar miles de millones de años, lo que hace de Ton 618 un objeto de estudio intrigante sobre el ritmo de crecimiento en el universo temprano. Ton 618 también es fascinante por su brillo.
El disco de acreción es una estructura en forma de disco, compuesto de gas y polvo girando en torno a un objeto central masivo. El material del disco, por pérdida de energía rotacional, tiende a decaer hacia el centro, donde la masa se suma a la del objeto central.
La radiación emitida por el disco de acreción, el material que gira alrededor del agujero negro hace que este cuásar sea visible desde la Tierra, a pesar de estar a miles de millones de años luz de distancia. La energía que libera Ton 618 es tan intensa que este cuásar brilla con un equivalente a 140 billones de veces la luminosidad del Sol. Este brillo permite a los científicos estudiarlo desde grandes distancias, proporcionando pistas sobre cómo estos cuásares podrían haber alimentado y mantenido el crecimiento de agujeros negros en el universo joven.
La existencia de un agujero negro de tal magnitud lleva a los astrónomos a replantearse algunos aspectos sobre la evolución cósmica. Se cree que Ton 618 se formó en una etapa muy temprana del universo, lo que podría ayudar a explicar cómo los agujeros negros de menor tamaño pudieron evolucionar a través de fusiones y acreción de materia. Sin embargo, aún existen muchas incógnitas sobre cómo un agujero negro alcanzó esta masa en un tiempo relativamente corto después del Big Bang. La observación de Ton 618 continúa siendo clave para profundizar en estos misterios, y la tecnología moderna sigue mejorando nuestra capacidad para estudiar estos gigantes cósmicos.
Ton 618 representa uno de los objetos más extremos y misteriosos del universo conocido. Su estudio no solo nos ayuda a entender mejor los agujeros negros supermasivos, sino también la historia y evolución del universo mismo.
Comentarios
Publicar un comentario