Fenómeno en forma de luminiscencia que se observa con más facilidad en el cielo nocturno.
Este fenómeno también es conocido como aurora boreal en el hemisferio norte y aurora austral en el hemisferio sur.
Las auroras boreales son un fenómeno atmosférico que se manifiesta con luces naturales en el cielo. Los colores típicos que se despliegan en él suelen ser azul, rojo, amarillo, verde y naranja. Estas ondulaciones luminosas son vistas, sobre todo, en las regiones cercanas a los polos.
Para comprender este fenómeno, es crucial entender su base física. Según la NASA, las auroras boreales son el resultado de la interacción entre el viento solar y el campo magnético terrestre.
El Sol emite continuamente una corriente de partículas cargadas, principalmente electrones y protones, conocida como viento solar. Cuando estas partículas alcanzan la magnetosfera terrestre, creada por el campo magnético del planeta, son dirigidas hacia los polos.
Al acercarse a la Tierra, estas partículas cargadas son canalizadas hacia las regiones polares a lo largo de las líneas del campo magnético, donde se produce el verdadero espectáculo: al chocar con los átomos y moléculas de gases presentes en la alta atmósfera, principalmente oxígeno y nitrógeno, las partículas cargadas excitan estos elementos, provocando que emitan luz en forma de colores brillantes.
Para comprender este fenómeno, es crucial entender su base física. Según la NASA, las auroras boreales son el resultado de la interacción entre el viento solar y el campo magnético terrestre.
El Sol emite continuamente una corriente de partículas cargadas, principalmente electrones y protones, conocida como viento solar. Cuando estas partículas alcanzan la magnetosfera terrestre, creada por el campo magnético del planeta, son dirigidas hacia los polos.
Al acercarse a la Tierra, estas partículas cargadas son canalizadas hacia las regiones polares a lo largo de las líneas del campo magnético, donde se produce el verdadero espectáculo: al chocar con los átomos y moléculas de gases presentes en la alta atmósfera, principalmente oxígeno y nitrógeno, las partículas cargadas excitan estos elementos, provocando que emitan luz en forma de colores brillantes.
Los diferentes colores que se observan en la aurora boreal dependen del tipo de gas y de la altitud a la que se encuentren las interacciones. El oxígeno produce auroras de color verde o rojo, mientras que el nitrógeno tiende a generar tonos azules o púrpuras.
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